26 de abril de 2014

Lujo

Esa tía es una prosti de lujo, fué su comentario de presentación. Y dejaba escapar su admiración por las barandillas de sus pestañas. Miré a la morenaza, colombiana, que se alejaba de nosotros envuelta en perfume, joyas, tacones para subirse al taxi que se la llevó de la avenida.
.Se va un fin de semana a Mónaco, a ver en primera fila el premio de la fórmula uno. ¿Y que tiene que hacer a cambio? Pues chupársela al viejo que le pagará los 3.000 euros por los dos días de su compañía…No pongas esa cara, seguro que te gustaría que te paguen eso por una mamada.

Pues no, fíjate ¿Ah, no? No. ¿Segura? Segura ¿Tres mil euros por pasar un fin de semana en un hotel de lujo? No ¿Viendo la Fórmula Uno de cerca? No ¿En Mónaco? No ¿Por qué no? Porque no se la chuparía a ningún viejo por 3.000 euros, no me acuesto contigo por un trago. Venga ya…¿No lo harías por ese dinero? ¿Que sería mejor? No lo haría por ese dinero ni por nada. No podrías mejorar esa oferta Porque lo mejor sería ser yo la persona capaz de pagarse un hotel, un puesto en primera fila para ver la fórmula uno en Mónaco y el escort de 20 añitos, bronceado y que me la chupe por 3.000 euros.

¿Ves? Puedo mejorarlo.

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