22 de noviembre de 2011
Catulo ¡Por Júpiter!
Luego de una griega resaca electoral (porque más de uno recibió por el culo), en medio de las protestas posmodernas y la alegría provinciana, es bueno regresar a los clásicos. Mucho más si la última aventura de biblioteca resultó un fiasco feminista.
Y en medio de mensajes discretos y tácticas de evasión insertadas en trajes sospechosamente grises, apago la televisión y enarbolo esos versos que llevan casi dos mil años con nosotros:
"os daré por el culo y me la mamaréis,
mamón de Aurelio y marica de Fario"
Por Júpiter, qué tiempos en donde los poetas elegían la verdad sin mengua para escandalizar ¡Qué tiempos! Donde se decía del político de turno, por muy general de las Galias que fuere:
Indiferencia
No me preocupa demasiado, César, querer agradarte,
ni saber si eres blanco o negro
(blanco o negro, una traducción del griego "activo o pasivo")
Y donde las mujeres que intrigaban por vanidad se nombraban en el poema como "vulgares putillas" ¿Donde estaba lo políticamente correcto? Un hombre clásico de la Roma aún republicana, ¿comprendería tal término? Supongo que se encogería de hombros y haría un poema sobre los pedos de su enemigo. Así se sencillo. Así de sincero.
Pero no se asusten. El poeta también tiene un momento cálido cuando regresa su mirada sobre el amor:
"y nunca me sentiría satisfecho,
ni aunque la cosecha de nuestros besos,
fuera más rica que una de espigas africanas"
Versos de amor tanto para su amada Lesbia como para su jovencito Juvencio. No importaba el sexo, el amor lo era todo y no tenía definición aséptica.
Es un libro pequeño, se lee en un día y del tirón. Fue escrito hace miles de años y permanece vigente por el humor, la desfachatez y hasta la vulgaridad bien utilizada. Recomendable cuando el espíritu patalea y necesita escapar de tanta hipocresía audiovisual.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario